Buscad los bienes de arriba - Col 3,1-5.9-11



Col 3,1-5.9-11: Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo.


Hermanos:


Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.




Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.




Dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia, y la avaricia, que es una idolatría.




No sigáis engañándoos unos a otros.




Despojaos de la vieja condición humana, con sus obras, y revestíos de la nueva condición, que se va renovando como imagen de su creador, hasta llegar a conocerlo.




En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres; porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.






COMENTARIO:

El pasado domingo, el Apóstol San Pablo por medio de la Iglesia de Jesucristo, la cual está presente hoy en todas las partes del mundo, y por tanto es católica, nos comunicaba un importante mensaje que ya envió en su día a los cristianos de la ciudad de Colosas, que estaba situada en la proximidad de la actual ciudad turca de Denizli.


Uno que no conozca mucho de las cosas de la fe cristiana, es posible que le suenen raras ciertas palabras o expresiones como:


"Ya que habéis resucitado con Cristo..."


"Porque habéis muerto..."


etc.


El mundo de entonces, y el actual, van por otro lado al de Dios. Si uno camina por el mundo, cosa bastante habitual porque en el vivimos y nos desenvolvemos en mayor o menor medida, nos encontraremos con toda una serie de actitudes y modos de vivir que son contrarios a Dios. Todo aquello que ofende a Dios y que es contrario a Dios procede y es pecado. Satanás, ayudado por sus espíritus diabólicos al contrario que los ángeles de Dios, están presentes en el mundo y actúan por medio de hombres y mujeres que les entregan sus vidas. Estos hombres y mujeres son esclavos del diablo, desde el momento que se entregan a cometer toda clase de pecados. San Pablo cita algunos de los más aborrecibles en el siglo I, y que siguen vigentes hoy, amplificados por el "progreso" del mundo, que ha dotado al hombre de medios que los diablos usan para tentar constantemente a los hombres. Por ejemplo, la televisión, internet, teléfonos móviles. Nada es malo en si mismo, sólo el uso que le das lo convierte en malo y es usado para el mal.





ESTOS SON LOS BIENES DE LA TIERRA, que conducen a someterse el hombre a los demonios. (basado en la carta de San Pablo a los Colosenses)

la fornicación

la impureza,

la pasión,

la codicia,

la avaricia, que es una idolatría.

La mentira




Ayer hablé un poco del gran mal y el horrible pecado de la fornicación. Hablaré un poco más, puesto que es un tema importante. San Pablo nos dice en la carta a los efesios que la lucha del hombre no es contra los hombres, sino contra potestades malignas que están en este mundo, y que actúan por medio de hombres (eso si).


6,12 Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas.

La fornicación es un bien de la tierra que el hombre que no busca a Dios e inspirado por estos demonios, tiene como algo bueno, pero la Palabra de Dios nos dice que el que quiera salvarse debe renunciar al pecado. La fornicación es un pecado grave. Los demonios, lo invierten todo, y seducen al hombre que no tiene a Dios.




Dios ha creado al hombre y la mujer. Al hombre le está permitido tener una esposa, y a la esposa, un marido. Ambos se unen en matrimonio. El matrimonio es un Sacramento por el cual, Dios bendice esa unión entre hombre y mujer. Dentro de ese Sacramento es donde las relaciones sexuales quedan bendecidas y tienen una finalidad y un sentido. Fuera del matrimonio, queda el libertinaje. El mal uso de la libertad que Dios da al hombre y a la mujer, el cual acarrea consecuencias graves en esta vida, y luego un día, llegará el juicio de cada uno.




LA IMPUREZA es otro bien de la tierra contrario a Dios, y que está a la orden del día, puesto que los demonios buscan corromperlo todo para hacer discípulos de satanás, el principe de los demonios. Dentro del pecado de impureza entrarían vicios como la pornografía.


La pornografía, como la conocemos hoy, se introduce en el mundo con la invención de la fotografía. Luego en la década de los 70 miles de personas se hicieron adictos de la pornografía gracias a su distribución en salas de cine. Con la introducción del video doméstico en los 80, millones de personas pudieron consumir esta impureza en la intimidad de sus hogares. ¡Cómo sabe el demonio! Finalmente, en nuestros días, con la extensión de internet, la impureza de la pornografía ha sido extendida, y el cáncer ya está en fase terminal, después de la metástasis que ha sufrido.


No voy a tocar en este artículo, la degradación que supone la pornografía para las personas que la practican, ni el negocio nauseabundo y del infierno, que hay detrás. Tampoco profundizaré en el gran mal de las enfermedades de transmisión sexual, la plaga o maldición del SIDA, la pornografía infantil, con animales, y una larga lista de problemas.


¿Y quien parará esta escalada? ¿Que ocurrirá con el mundo que ya no quiere oír la voz de Dios, y al que se le pone en bandeja de plata el que cometa todo tipo de impurezas? ¿Quien formará las conciencias de los niños cuando el diablo ha logrado engañar a la gran masa de gente, de que no necesitan ni de Dios ni de la Iglesia, ni de los Sacramentos?


Sólo Cristo ofrece una respuesta, sólo El puede liberar al hombre y salvarlo, pero para que te salves debes claudicar. Reconocer que has sido engañado/a por los demonios de este mundo, y buscar a Dios hoy. Esta es una llamada de emergencia que te hago en el día de hoy, a ti, que lees esto. Si te importan los demás, deberías tal vez compartir este artículo con otros, y ser valiente. ¿Lo harás?

No hay comentarios:

Publicar un comentario