En el fin del mundo, habrá una separación entre buenos y malos

Mt 13,47-53: Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

-«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»

Ellos les contestaron:

-«Sí.»

Él les dijo:

-«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»

Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
COMENTARIO:


El Reino de Dios es lo que ha venido Jesucristo a traer. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tm 2, 3-4). Finaliza Jesús de hablar en parábolas en esta ocasión, con la parábola de la red y los peces. Primero nos habló del sembrador que salía a sembrar la buena semilla, y nos daba a entender la importancia de la Palabra de Dios para dar fruto. Luego nos explica que el Reino de los cielos se parece a varias cosas. Un grano de mostaza...algo muy pequeño que una vez que crece se convierte en frondoso árbol. O que se parece a la levadura, que cuando se mezcla con la harina fermenta. Ayer nos enseñó que el Reino de Dios es también como un tesoro escondido o una perla preciosa, y que el que lo descubre, renuncia al pecado y lo que no sirve en su vida. También nos habló del gran mal que hace la cizaña, y que esta será quemada en el fuego al final de los tiempos. Y hoy, concluye advirtiendo nuevamente acerca de la gravedad de renunciar a Dios y a una vida en la que Cristo sea tu Señor y único Salvador. Cuando este mundo termine, que terminará, habrá una criba realizada por los ángeles, criaturas espirituales creadas por Dios y que le sirven día y noche. Habrá una separación entre justos e injustos. No será una cuestión relativa como enseña el mundo, en que lo justo o lo injusto es lo que cada cual piense que es. Todo el mundo será juzgado según la única verdad. Jesús, hace hincapié en algo que puede volver a hacer pupa y escocer mucho a algunas conciencias, y por eso algunos cristianos tibios omiten hablar de ello. Se trata nuevamente de la realidad tremenda del infierno eterno, al que Jesús de nuevo hace referencia como un "horno de fuego donde serán echados los que no hayan sido aprobados (los malos)". Ya nos había dicho Jesús en la explicación de la parábola de la cizaña que los buenos serán recompensados y brillaran como el sol, una idea muy gráfica que nos muestra la luz del que va al cielo. Pero Jesús hoy nos recuerda por medio de su Santa Iglesia Católica, que en aquel horno de fuego (separación del Alma de la persona y de Dios por toda la eternidad), habrá llanto y rechinar de dientes (situación de desesperación, tristeza y miedo perpetuo)

Juan el Bautista, decapitado por decir la verdad y denunciar la maldad

Mt 14,1-12: Herodes mandó decapitar a Juan y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús.
En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes:

-Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan en él.

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella.

Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.

Ella, instigada por su madre, le dijo:

-Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.

El rey lo sintió; pero por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.

Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.


COMENTARIO:


Juan el Bautista era un hombre bueno, un hombre de Dios, un mensajero de Dios, un verdadero profeta. Pero como mensajero de Dios, era muy directo y decía las cosas tal como eran en verdad. La verdad echada en cara directamente hiere el amor propio y el orgullo de los que no son buenos. Y Herodes era un mal bicho, un adultero, un déspota y un cobarde. Sólo por citar algunas cosas.
Se dejó arrastrar por sus pasiones que ya le dominaban, obedeciendo así a los demonios, y su hija herodías, que era igual o peor que el padre, y para tratar de callar la voz que les tocaba sus conciencias, herodías decidió asesinar a Juan, un hombre bueno que decía lo que pensaba, la verdad, porque era un hombre de Dios. La noticia fue comunicada a Jesús. Así ocurre en el mundo. Cuando la Iglesia habla, hay quien tratará siempre, en todas las épocas de callarla. Unas veces será con violencia verbal. Otras con violencia física, como el caso de Juan, como el caso de la 2ª república española, donde miles de religiosos y cristianos fueron asesinados sólo por ser cristianos.

¿Quien soy yo para hablar de estas cosas y decir lo que digo?

Mt 13,54-58: ¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?
En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada:

-¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso? Y desconfiaban de él.

Jesús les dijo:

-Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.

Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.
COMENTARIO:

Es necesario tener una relación personal con Cristo para poder ser salvado por El. La religión no es una serie de ritos a los que uno acude y ya vale. El verdadero cristiano es quien se esfuerza en querer seguir a Cristo. Ese es el que sigue a Cristo realmente. Lo otro son sólo apariencias, y las apariencias no valen para nada.

El Evangelio proclamado ayer en la Misa en todo el planeta tierra me da las claves a dos cosas. Si a Jesús no le creyeron en su propia ciudad, es decir en su ambiente, entre sus conocidos y familiares, a mi tampoco me van a creer. El motivo por el cual no creen en Jesús es porque no pueden comprender que alguien de quien se tiene hecho ya un prejuicio (juicio previo), pueda tener razón. A Jesús, como a mi, y a otros cristianos, algunos nos tratan como al "loco de la familia". No es que piensen necesariamente que estás loco, simplemente piensas que eres diferente, pero no diferente, sino realmente raro, extraño. El cristiano hoy está mal visto. Y lo mejor que piensan de ti, es que si quieres seguir a Jesús, síguelo tu, pero a mi no me molestes con tus cosas. Eso explicaría la popularidad que tengo entre mis más allegados, la cual es nula, al menos aparentemente. Uso como argumento para llegar a esa conclusión, los silencios permanentes, y algún que otro "revolverse" contra mis palabras como cristiano. Si defendiera lo contrario, seguro que sería mucho más popular y tendría muchas simpatías, y amigos "falsos". Realmente debe ser un motivo de alegría, sentirse despreciado e ignorado, igual que lo fue Jesús en su propia tierra, entre los suyos, los que le habían visto crecer.

¿No soy yo acaso ese que hizo tal o cual cosa, que no consiguió llegar a..., que no tiene..., que le falta..., de donde saca ese todo esto que dice?

Y lo triste es que esta falta de fe lleva a la imposibilidad de ver más milagros de Dios. Eso es lo que dice Jesús:


Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.

Qo 1,2;2,21-23: ¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?

Qo 1,2;2,21-23: ¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?
Vaciedad sin sentido, dice el Predicador,


vaciedad sin sentido; todo es vaciedad.


Hay quien trabaja con destreza,


con habilidad y acierto,


y tiene que legarle su porción


al que no la ha trabajado.


También esto es vaciedad y gran desgracia.


¿Qué saca el hombre de todo su trabajo


y de los afanes con que trabaja bajo el sol?


De día dolores, penas y fatigas;


de noche no descansa el corazón.


También esto es vaciedad.




COMENTARIO:




Vanidad de vanidades, todo es vanidad. La vanidad se define en el diccionario, de la siguiente forma:




Vanidad s. f.
1 Orgullo o sentimiento de superioridad frente a los demás que provoca un trato despectivo y desconsiderado. altanería, arrogancia.
2 Cosa que solamente sirve para mostrar riqueza, lujo o poder y que carece de valor moral.
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.


Si analizamos el significado entenderemos mejor lo que quiere decir Cohélet, el autor del libro del Eclesiastés, un libro del Antiguo Testamento que a mi personalmente me encanta. Cuanto placer y respuestas a la vida me ha dado este libro. Si lees atentamente lo que dice el autor sagrado, puede que te choque. ¿Es que la vida esta es todo vaciedad? Digo primero, que Cohélet fue una persona muy rica, que tuvo en la vida todo lo material que un hombre puede desear. Todo. Y es el, desde su experiencia el que cuenta estas cosas. Por algo será. Habría que prestarle atención porque hay mucha sabiduría en sus palabras.
En segundo lugar, la explicación cristiana para mi, es que si la vida no la enfocas desde Dios, poniendo a Cristo en el centro de ella, entonces hagas lo que hagas, al final todo será vanidad. En vano se afana el hombre, en vano trabaja el hombre si sólo se sacan penas y fatigas, en vano trabaja el hombre si siempre anda quejándose de que no gana lo suficiente, o mil problemas más. En vano trabaja el hombre si de repente se muere como suele ocurrir cada día, y todo lo que tiene y lo que hizo se lo queda otro. En vano se vive esta vida, si al final todo queda en una triste sepultura.
Pero, ¿y si la muerte no es el final? ¿Y si Cristo resucitó? Entonces cambiaría todo.

¿Cómo de rico te apetece ser?

Lc 12,13-21: Lo que has acumulado, ¿de quién será?
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:

–Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.

El le contestó:

–Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros ?

Y dijo a la gente:

–Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.

Y les propuso una parábola:

–Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.

Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: «Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida».

Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?»

Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.



COMENTARIO:


El mundo y la vida te enseña una cosa. Pero Dios dice otra. El mundo te dice que "vivas sin mirar al cielo", y Dios nos recuerda cada día que la vida no depende de lo que el hombre quiera, sino de lo que quiera El. Y es que Dios nos ha creado, y por tanto nuestra vida en suya. Uno le puede rechazar, puede no creer en esto, pero la vida la tenemos gracias a Dios, y se termina cuando Dios lo determina. El es infinitamente sabio, y nosotros no. Por eso nos cuesta entender a veces a Dios. Pero Cristo, su Hijo, nos lo ha dado a conocer, porque Dios ha querido acercarse al hombre, y que todos se salven, y está siempre dispuesto a acoger y perdonar a todo el que se le acerca con humildad y corazón abierto.


Las gentes aquí abajo se pelean por el dinero, por los bienes. El dinero lo infecta todo. Es el problema nº 1 para muchos. Ni los que tienen mucho descansan. El egoismo está inmerso hasta en las familias, donde como el caso de estos dos hermanos de la parábola, pueden llegar a enfrentarse por una herencia. Ponen por encima el dinero, al respeto y al amor mutuo. Eso no agrada a Dios, es totalmente contrario. Una persona así, no podrá heredar el Reino de Dios prometido. No puede entrar.


El hombre de la parábola, creyó que sus muchos bienes le tenían ASEGURADA una vida larga y próspera, llena de tranquilidad, de placeres y de comodidades. Gastó su vida en crecer económicamente, en crecer en comodidad material, en "vivir la vida a tope", pero no se preocupó lo más mínimo de crecer en su Alma, ni de conocer mejor a Dios, ni de amarlo, ni de darle culto. Pensó que la vida está aquí y ahora, y que lo que importa es eso, y que el resto son paparruchas que no sirven para nada. Pero un buen día se tuvo que enfrentar a la realidad, a la verdad. Y la verdad fue, que nada de lo que había almacenado, planeado, pensado, aspirado, e ideado, lo pudo llevar a su término, porque la muerte le sorprendió, y no supo, como nadie sabe, cuando le iba a llegar.


La Palabra de Dios, llama a este tipo de persona, "necia". Es triste, pero es así. ¿Cuantos necios habrá en el mundo?


El problema es que el necio muchas veces se piensa que es listo, como el hombre de la parábola.


Jesús nos enseña a que aspiremos a ser ricos, pero ricos ante Dios, no ante la gente. ¿Son esos tus valores? ¿Crees esto que te digo? ¿O eres de los que piensas que yo también estoy equivocado?


¿Cuanto tiempo piensas posponer a Dios en tu vida, pensando que antes tienes otras cosas más importantes que hacer o poniendo excusas de que mañana tendré más tiempo o cosas similares? Dios te espera.

Buscad los bienes de arriba - Col 3,1-5.9-11



Col 3,1-5.9-11: Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo.


Hermanos:


Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.




Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.




Dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia, y la avaricia, que es una idolatría.




No sigáis engañándoos unos a otros.




Despojaos de la vieja condición humana, con sus obras, y revestíos de la nueva condición, que se va renovando como imagen de su creador, hasta llegar a conocerlo.




En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres; porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.






COMENTARIO:

El pasado domingo, el Apóstol San Pablo por medio de la Iglesia de Jesucristo, la cual está presente hoy en todas las partes del mundo, y por tanto es católica, nos comunicaba un importante mensaje que ya envió en su día a los cristianos de la ciudad de Colosas, que estaba situada en la proximidad de la actual ciudad turca de Denizli.


Uno que no conozca mucho de las cosas de la fe cristiana, es posible que le suenen raras ciertas palabras o expresiones como:


"Ya que habéis resucitado con Cristo..."


"Porque habéis muerto..."


etc.


El mundo de entonces, y el actual, van por otro lado al de Dios. Si uno camina por el mundo, cosa bastante habitual porque en el vivimos y nos desenvolvemos en mayor o menor medida, nos encontraremos con toda una serie de actitudes y modos de vivir que son contrarios a Dios. Todo aquello que ofende a Dios y que es contrario a Dios procede y es pecado. Satanás, ayudado por sus espíritus diabólicos al contrario que los ángeles de Dios, están presentes en el mundo y actúan por medio de hombres y mujeres que les entregan sus vidas. Estos hombres y mujeres son esclavos del diablo, desde el momento que se entregan a cometer toda clase de pecados. San Pablo cita algunos de los más aborrecibles en el siglo I, y que siguen vigentes hoy, amplificados por el "progreso" del mundo, que ha dotado al hombre de medios que los diablos usan para tentar constantemente a los hombres. Por ejemplo, la televisión, internet, teléfonos móviles. Nada es malo en si mismo, sólo el uso que le das lo convierte en malo y es usado para el mal.





ESTOS SON LOS BIENES DE LA TIERRA, que conducen a someterse el hombre a los demonios. (basado en la carta de San Pablo a los Colosenses)

la fornicación

la impureza,

la pasión,

la codicia,

la avaricia, que es una idolatría.

La mentira




Ayer hablé un poco del gran mal y el horrible pecado de la fornicación. Hablaré un poco más, puesto que es un tema importante. San Pablo nos dice en la carta a los efesios que la lucha del hombre no es contra los hombres, sino contra potestades malignas que están en este mundo, y que actúan por medio de hombres (eso si).


6,12 Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas.

La fornicación es un bien de la tierra que el hombre que no busca a Dios e inspirado por estos demonios, tiene como algo bueno, pero la Palabra de Dios nos dice que el que quiera salvarse debe renunciar al pecado. La fornicación es un pecado grave. Los demonios, lo invierten todo, y seducen al hombre que no tiene a Dios.




Dios ha creado al hombre y la mujer. Al hombre le está permitido tener una esposa, y a la esposa, un marido. Ambos se unen en matrimonio. El matrimonio es un Sacramento por el cual, Dios bendice esa unión entre hombre y mujer. Dentro de ese Sacramento es donde las relaciones sexuales quedan bendecidas y tienen una finalidad y un sentido. Fuera del matrimonio, queda el libertinaje. El mal uso de la libertad que Dios da al hombre y a la mujer, el cual acarrea consecuencias graves en esta vida, y luego un día, llegará el juicio de cada uno.




LA IMPUREZA es otro bien de la tierra contrario a Dios, y que está a la orden del día, puesto que los demonios buscan corromperlo todo para hacer discípulos de satanás, el principe de los demonios. Dentro del pecado de impureza entrarían vicios como la pornografía.


La pornografía, como la conocemos hoy, se introduce en el mundo con la invención de la fotografía. Luego en la década de los 70 miles de personas se hicieron adictos de la pornografía gracias a su distribución en salas de cine. Con la introducción del video doméstico en los 80, millones de personas pudieron consumir esta impureza en la intimidad de sus hogares. ¡Cómo sabe el demonio! Finalmente, en nuestros días, con la extensión de internet, la impureza de la pornografía ha sido extendida, y el cáncer ya está en fase terminal, después de la metástasis que ha sufrido.


No voy a tocar en este artículo, la degradación que supone la pornografía para las personas que la practican, ni el negocio nauseabundo y del infierno, que hay detrás. Tampoco profundizaré en el gran mal de las enfermedades de transmisión sexual, la plaga o maldición del SIDA, la pornografía infantil, con animales, y una larga lista de problemas.


¿Y quien parará esta escalada? ¿Que ocurrirá con el mundo que ya no quiere oír la voz de Dios, y al que se le pone en bandeja de plata el que cometa todo tipo de impurezas? ¿Quien formará las conciencias de los niños cuando el diablo ha logrado engañar a la gran masa de gente, de que no necesitan ni de Dios ni de la Iglesia, ni de los Sacramentos?


Sólo Cristo ofrece una respuesta, sólo El puede liberar al hombre y salvarlo, pero para que te salves debes claudicar. Reconocer que has sido engañado/a por los demonios de este mundo, y buscar a Dios hoy. Esta es una llamada de emergencia que te hago en el día de hoy, a ti, que lees esto. Si te importan los demás, deberías tal vez compartir este artículo con otros, y ser valiente. ¿Lo harás?

Advertencias para los tiempos finales

Primeramente decir que la Palabra de Dios no es solamente el texto que en la Biblia empieza con la palabra "Evangelio", sino que este abarca la totalidad de los libros que la Iglesia Católica consideró sagrados. Entre el año 397 y 419 la Iglesia Católica con la autoridad apostólica ya establecen en dos concilios la relación de libros que están en la Biblia. Una carta del Papa Inocencio
I oficialmente recoge el canon ya fijo de 46 libros del A.T. y los 27 del N.T en el año 405.

Sabíamos por la Palabra de Dios que en los tiempos finales, muchos apostatarán de la verdadera fe. Apostatar de la fe en el contexto en el que lo menciona San Pablo en 1 Tm 4:1, se trata de enseñar a los cristianos (los que creen en Cristo y pertenecen a la única Iglesia fundada por Cristo), doctrinas que el apóstol califica de diabólicas. El cita varias de esas falsas doctrinas que algunos empezaban a propagar entre los cristianos de aquel tiempo. Tengan en cuenta que las falsas doctrinas suelen tener por fuera como un envoltorio de justicia y verdad, pero luego no lo son. Es por eso que engañan a la gente, aunque sobre todo lo que hace que los cristianos sean engañados es la ignorancia de las Sagradas Escrituras (2 Tm 3, 14-17), con la que quedan expuestos a los que propagan las doctrinas diabólicas.

Por esta razón advierto lo que se, según el don que se me ha dado. Que tengan cuidado con aquellos que "mutilan" la Palabra de Dios. No me fío demasiado de aquellos que hablan siempre de algunos libros de la Biblia, y poco o nada de otros. Por supuesto, de los que no hablan nunca de la Palabra de Dios dentro de la Iglesia, me fío menos.

Tampoco es admisible en mi opinión, elevar a categoría de Palabra de Dios una parte, y menospreciar algunos pasajes de la Sagrada Escritura, o poner en duda a los oyentes acerca de la veracidad de una determinada frase o dicho de Jesús o de alguno de los Apóstoles. Insisto, que la Palabra de Dios abarca toda la Biblia, y no sólo los santos evangelios, y dentro de los santos evangelios toda la Escritura es inspirada por Dios. Miedo me dan los que especulan sobre si aquí no tenía que haber una coma, o aquí tenía que decir otra cosa, o esta frase no la pudo decir Jesús. Aceptar esas dudas es principio para ir apostatando de la fe católica. Pero claro: ¿cómo se puede discernir si te están engañando, confundiendo, etc., si no es conociendo por ti mismo? Por eso, las invitaciones de los Apóstoles, santos, Papas, etc., a que se lean las Sagradas Escrituras.

Tampoco es doctrina sana el tratar de llevar a los fieles hacia un modo de orar más perfecto, y cargar contra otros modos de orar. No es admisible que alguien enseñe contra las devociones particulares, porque puede que esa devoción particular sea un camino que le esté conduciendo a Dios y por tanto a la Salvación.

Por supuesto, que negar dogmas de fe dentro de la Iglesia deben ser calificados como herejías y herejes a quienes los enseñan o propagan, sean laicos o sacerdotes, y bien harías en no mezclarte con esas cosas, si no quieres acabar apostatando de la fe.

Los cristianos no seguimos a ningún hombre, sino a Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero. Y los verdaderos pastores son aquellos que predican a Jesucristo en la verdad, y no a los que prediquen sus propias doctrinas mezcladas con la verdad.